Gran Hermano Mundial



Rusia 2018 tal vez sea la Copa del Mundo con más seguridad en la historia del certamen, ya que es un país que convive con permanentes amenazas terroristas, tanto de ISIS como de grupos chechenos. Pero lo más importante, Vladimir Putin, se quiere asegurar que nadie arruine “su fiesta” para poder así dejar una impresionante y positiva imagen ante el mundo, especialmente el occidental, el más futbolero.

La seguridad se siente en los lugares públicos y bastante más en los puntos neurálgicos de la capital rusa y el torneo, pero nada tiene que ver lo que está visible con un país o una ciudad militarizada.  “Tal vez la seguridad más efectiva es la que no se ve”, dijo el periodista de La Nación Marcelo Gantman.

Sí está claro que el control que ejercen los rusos sobre lo que pasará en su territorio durante este mes pretende ser total, un Gran Hermano potenciado, el 1984 de George Orwell hecho realidad, donde el Estado todo lo sabe y todo lo ve.

De hecho, la novedad para los hinchas que viajen a la Copa del Mundo, es la ya famosa credencial FAN ID, presentado con hincapié en los beneficios para los espectadores, tales como transporte gratuito los días de partido, etc.

En realidad, significa más control y más información para el Estado ruso, ya que es obligatorio. Lo piden hasta en migraciones cuando uno llega a la Federación Rusa y lo constatan con el pasaporte de quien lo presenta. Y para sacarlo, justamente, a través de la web, uno debe ingresar sus datos (nombre, apellido, pasaporte, nacionalidad y una foto). Esto les permite a las autoridades saber exactamente quiénes concurrirán a los estadios. Sin pasaporte, no hay FAN ID, sin FAN ID no hay entradas. Esta credencial para los hinchas es indispensable para adquirir entradas.

Y ahí no termina, porque las autoridades además exigen, además de pedir tener el pasaporte con uno en todo momento, hay que tener también la tarjeta de migraciones e informar al Estado, en un plazo no mayor a las 24 o 72 horas (depende si uno se aloja en hotel o departamento) dónde y hasta cuándo se hospeda.

A eso se le debe sumar la tecnología y los recursos que Putin ha puesto al servicio de la seguridad en esta Copa del Mundo en la que se ve todo, pero quienes están en la casa del ex espía de la KGB ignoran desde dónde son tomados.

“Nos recomendaron taparnos con una sábana cuando pongamos las claves en nuestras computadoras”, contó una periodista de una agencia de noticias internacional. “Ojo con los hackeos”, recomienda alguien que sabe de seguridad informática y vivió en Rusia. Prohibidas las aglomeraciones de más de cien personas en lugares públicos sin autorización y filman en ellos sin permiso, por citar otros ejemplos. Así, con infinitas cuestiones todo el tiempo. Así es el Mundial de Rusia en el que no conduce Jorge Rial, sino Vladimir Putin y en el que todos están expuestos a ser nominados y expulsados sin importar la estrategia a la que acuda que no sea obedecer al pie de la letra lo que dispone Gran Hermano Mundial.

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