Está por largar el Mundial, pero parecía el GP de Azerbaiyán


Uno sospechaba, y casi que sabía, antes de llegar que Moscú, que la capital de la Federación Rusa es imponente, gigante, voraz a la hora de recibir a quienes la visitan. “Te come vivo”, advirtieron muchos en la previa. Es cierto. Luego de las primeras horas parece como si a uno lo estuviera digiriendo la ciudad, mientras uno intenta, apenas empieza a intentar hacer lo mismo con ella.

Luego de migraciones, donde se empieza a advertir, si es que alguien lo ignora, que aquí, en Moscú, se va a disputar la vigésimo primera Copa del Mundo. Y muestran videos de goles viejos y aparecen algunos carteles con Zabivaka, la mascota de Rusia 2018. Tal vez alguno más en la calle, dándole la bienvenida a selecciones como la de Alemania o Islandia, bajo el lema “Welcome the game” (Bienvenido el juego) y algún que otro banner callejero. Pero no mucho más por ahora. Pocos hinchas.
 
Salir de uno de los gigantes aeropuertos de Moscú, Sheremetievo, en este caso, es una misión que se torna hasta divertida. Luego de conseguir algunos Rublos en una casa de cambio y un chip para el teléfono, uno se dedica a esquivar tipos que te ofrecen taxis, truchos la mayoría, incluso bajo la “bandera” de ser Uber. Hasta que uno se decide por uno, negociando la tarifa, claro.

En nuestro caso, con los periodistas Alejandro Wall y Ezequiel Fernández Moores, tras devastadores viajes desde Buenos Aires, nos tocó un chofer azerbaiyano. Un tipo divertido, enorme y ruidoso, fascinado con llevar al centro de la ciudad a tres argentinos y obsesionado con hacer chistes sobre el narcotráfico en nuestro país. O por lo menos eso evidenció la dificultosa comunicación a través del traductor de Google, ya que ni nosotros hablamos ruso ni él español o inglés.


Lo que no fue consecuencia de las barreras en la comunicación fue su forma de manejar. Por momentos parecía que Vitali Petrov, primer piloto ruso en participar de la Fórmula 1, se apoderó de su ser y que no manejaba por las calles moscovitas, sino por el circuito de su país natal, sede de una fecha del certamen de la máxima categoría del automovilismo en 2017 y 2018.

Caótico. Divertido. Así nos recibió un país que se impone, que seduce hasta al más arisco, con o sin Mundial de por medio. El jueves 14 empieza Rusia 2018, Bienvenido el juego de vivir, por primera vez, un Mundial desde adentro.











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